2012/09/25

"Pasajera en tránsito perpetuo"


A menudo encuentra nuevos caminos y se pierde en ellos, nada es más fácil que dejarse llevar por sus pies sin conciencia de lo que está haciendo. A veces, cuando el sol es muy fuerte, se detiene para descansar, para mirar lo andado, lo que está por venir; entonces descubre que no sabe en dónde está, por qué está ahí, cuándo llegará y a dónde. Las respuestas son solo más preguntas, es su voz la que escucha en el silencio y eso le resulta grato, aunque a veces siente nostalgia de los sonidos de otros, los que se quedaron atrás o corrieron y se perdieron en el horizonte.

Siente una brisa nueva, retoma su viaje. Le gusta creer que detrás de todo lo que ve a su paso hay un mensaje. Si a un lado del camino encuentra flores, significa que debe detenerse, admirarlas, identificar todos los colores que las visten, contarles algún secreto y –solo entonces- seguir. Si lo que ve es un árbol viejo, debe abrazarlo, cerrar los ojos y absorber toda la energía que en su tronco se ha acumulado. Cuando tropieza con alguna piedra, se disculpa, la acaricia y descubre el calor que se esconde en tanta dureza.

Ahora está quieta, es el tiempo de mirar hacia adentro, de descifrar los más complicados mensajes con los que jamás se ha enfrentado: no son parte del camino, o quizá sí, quizá ella es el camino, por eso es en ella donde están los signos, todos.

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