2021/07/23

Lectura recomendada para brujes buenes 😉

 Julio de 2021: han pasado algo más de dieciséis meses desde que empezó esta pesadilla colectiva a la que llamamos pandemia; en estos días eternos me sucedieron muchas cosas, aunque no pierda la costumbre de contestar "nada" cuando alguien pregunta qué me pasa, algunas han sido buenas y muy oportunas, como mi reencuentro con la lectura-por-placer (que de la lectura-por-trabajo no me he desvinculado del todo, por suerte). En este ir y venir por páginas nuevas me he encontrado con mujeres maravillosas a las que había omitido parcial o totalmente de mis estantes y de mis lecturas; cosa curiosa –para mí– es que todas ellas han llegado por azar a mi camino "inpandemia". Me explico mejor: muchos de los libros que tengo los compré o los recibí como regalo hace tres, seis o más años y la mayoría son obras creadas por hombres (cosa del azar también, pues cuando adquiero un libro me guío más por la intuición que por otra cosa y le doy prioridad a los paratextos antes que al género del autor), pero la mayoría de los títulos que han llamado mi atención de octubre 2020 para acá han resultado ser escritos por mujeres.

Con Mujeres del alma mía el encuentro también fue casual: fui a la librería para buscar un regalo, no planeaba comprar nada para mí, pero en un arrebato me lo traje (como hice hace uno o dos meses con un par de libros más) y lo empecé a leer sin siquiera haber ojeado la contraportada o las solapas. No sé si agradecerle a la casualidad, a la buena fortuna o a MrBooks por tener este libro, así que gracias a quien corresponda.

He leído pocas obras de ficción de Isabel Allende y me han gustado especialmente dos: La casa de los espíritus e Inés del alma mía. Ahora siento que me he conectado profundamente con la Isabel-autora y con la Isabel-mujer. El feminismo es un tema complejo para muchos, pero para ella y para mí es algo más simple, es una forma de vida; si bien este es el punto de partida del texto (ya leí la contraportada), creo que a mí me condujo a temas aún más cercanos para mi realidad actual.

Isabel tiene una edad cercana a la de mi mami y una cosmovisión similar a la mía. Dicho de otro forma, en cada página de este libro he contado con la perspectiva de tres mujeres: la escritora, mi mamá y yo. Creo que he logrado ponerme en los zapatos de quien ha vivido algunas décadas más y circunstancias que ya no estaban cuando empecé a intentar entender el mundo; creo que también he podido hallar trozos de espejo en varios fragmentos y eso es algo que me viene muy bien siempre. 

Y más allá de la carga emocional que le he dado a esta lectura, también creo que la valoro como un instrumento-argumento para afianzar muchas ideas o conceptos que rondan esta cambiante época. Allende se refiere, entre otros temas relacionados, al origen, presencia y trascendencia del lenguaje inclusivo (tema que causa escozor en las pieles de quienes se niegan a aceptar cualquier asunto que no conste un manual); dice algo con lo que concuerdo plenamente: "El lenguaje es muy importante porque suele determinar la forma en que pensamos. Las palabras son poderosas". No solo se ocupa del lenguaje por ser su herramienta de trabajo, lo hace por ser parte de esa cultura que evoluciona irrefrenablemente; es que Isabel podrá rondar los 80, pero está más actualizada que muchas personas de 20, 30 o 40 años, ¿por qué?, porque le importa la gente, porque escucha a sus nietos y sabe que "aceptamos automáticamente ser puestos en categorías de género, raza, edad, etc., pero muchos jóvenes están desafiando esas divisiones", porque ellos tienen claro que las etiquetas solo excluyen y restan.

En el transcurso de mi lectura hice varias anotaciones al margen, algunos dibujos y subrayé muchas ideas, ese es para mí el parámetro de cuánto me ayudó a descubrir o fortalecer el texto (parámetro para este libro, hay otros que he disfrutado mucho y apenas los he rayado), es que no necesita un centenar más de páginas para reflexionar sobre la sexualidad y la independencia femenina o sobre la migración, la solidaridad y la sororidad (término que jamás usa, pero que está presente en varios fragmentos). Temas todos ligados con el central (el feminismo), temas todos importantes, actuales, urgentes.

Tan fresco es este libro que no deja afuera a la covid-19 y los estragos que ha causado, pero lejos de tener una visión pesimista al respecto, concluye la obra con un párrafo esperanzador al que apenas yo logré contestar (como anotación final en tinta verde) "Ojalá, Isabel, ojalá".