2013/02/28

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Despacio, con la cadencia de una bailarina egipcia, ella se acerca. En su mano lleva un manto grande, juega con él y lo acaricia con sus labios. Parece alejarse, no sabemos que esperar, su actitud nos paraliza: súbitamente se voltea, lanza el manto sobre nosotros, nos cubre enteros, no logramos reaccionar. El aire se vuelve pesado, damos manotazos para liberarnos pero es inútil, gritamos y no hay sonido en nuestras gargantas o quizá ya nadie quiere escuchar más...

Ella recoge el manto y se va como si nada, apenas conseguimos mantener abiertos los ojos para mirar la estela azul que deja a su paso. Entonces lo entendemos. La Muerte siempre viste diferente, pero nunca cambia: se lleva un cuerpo en la mano izquierda y un poco de muchas almas entre la lengua y el paladar.


2013/02/26

under the bridge downtown (i found the door to fly across the universe...)


Entre ramas y piedras nos fuimos adentrando a otra dimensión. Se escuchaba la voz del río, algunos pájaros le hacían coro y nosotros hablábamos de cualquier cosa y reíamos. Reíamos porque estábamos lejos de todo, reíamos porque el estar ahí juntos nos hacía cosquillas en la panza, reíamos porque ese momento que no pudimos guardar con una cámara era felicidad.

Ya en la orilla, pensamos en jugar con el agua, pero el juego cambió, pues vimos un árbol viejo y hermoso que tenía a su lado una cabaña pequeñita; la puerta estaba bien asegurada, pero tenía agujeros en el techo y las ventanas. ¿Y si entramos? ¿y si arreglamos el techo, las paredes y las ventanas? ¿y si lanzamos los teléfonos a la otra orilla y nos quedamos a vivir en la cabaña? El mundo tendría más sentido, ambos nacimos con alas en el alma, ambos soñamos con vivir en un paraíso, ambos estábamos ahí y estábamos juntos porque eso era felicidad.

Hay una especie de insecto que pica muy a menudo a la gente pedestre y a veces a los seres alados: esa tarde nos picó el miedo. Volvimos a caminar entre ramas y piedras, pero esta vez el sendero era una subida pesada que nos agotaba más por lo que significaba: volver a la realidad, volver a ser él, volver a ser yo, volver a ser un nosotros fragmentado por no entender que ser parte uno del otro era felicidad.


Lo que pasó en la noche es otra historia. Por lo pronto diré que la vida sería maravillosa si el siguiente día jamás hubiese llegado.


2013/02/17

sin mentiras


quiero rayarme las manos, llenarme las piernas con palabras que nunca he escuchado, con mayúsculas narrar un cuento en mi espalda, escribir con tinta roja historias varias en mi mentón y mi frente... 

quiero que frases famosas me hagan cosquillas en los pies y letras de canciones bailen en todos los músculos de mi cuerpo. 

quiero que en mis labios tus dedos pinten palomas mensajeras y que de mi pecho broten frases de idiomas nuevos. 

quiero que mi cuello se cubra con caracteres incas, mayas, griegos, chinos, hebreos, marcianos... 

quiero que se callen las mentiras.



2013/02/14

El agua en nuestras manos


Artículo publicado en la edición de febrero de la revista Nuestro Mundo


El crecimiento de la población implica también un mayor consumo de agua, así como un incremento en los niveles de contaminación. Debemos tomar conciencia y actuar en pro de la preservación de este elemento del que depende la vida de todos los seres del planeta.


Todos conocemos que el agua es un recurso indispensable para la vida y que el planeta así como los seres que lo habitamos estamos hechos -en mayor o menor porcentaje- de ella; por eso, la ONU ha designado al periodo comprendido entre 2005 y 2015 como el Decenio Internacional para la Acción ‘El agua fuente de vida’. Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró a 2013 como el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua. Entre los objetivos a cumplirse como parte de la designación están el resaltar y dar a conocer iniciativas exitosas de cooperación, así como generar espacios para la educación sobre el agua y la gestión de aguas fronterizas.

En algunas partes del mundo, el agua constituye la principal fuente de energía, mientras que en otras se desaprovecha casi totalmente su potencial energético. También resulta indispensable para la agricultura y forma parte de numerosos procesos industriales y, en muchos países, supone el principal medio de transporte”, expone el organismo en su página web, donde además se señala que “Según el Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, en el 2050, al menos una de cada cuatro personas vivirá en un país con escasez crónica o recurrente de agua.”

Si bien se sabe que se trata de un recurso renovable que cumple un ciclo cerrado, el agua está en riesgo de dejar de serlo si no hacemos un mejor uso de ella. “El problema radica en que el consumo es superior a su tasa de retorno; adicionalmente el agua que retorna, por los niveles de contaminación, ya no llega con características necesarias para su uso, por tanto se convierte en un recurso no renovable”, explica la ingeniera ambiental Gabriela Fraga, gerente general de la empresa consultora Sigest.

Desde hace algunos años, la preocupación por la futura escasez de agua ha generado un mayor nivel de conciencia en cuanto al uso que le damos a este recurso natural; sin embargo, no siempre tenemos claro que el cuidado del agua va más allá de la disminución en el consumo de la misma. El arquitecto Max Enrique Zavala, director de la empresa de planificación urbana Oski, comenta que “el cuidado del agua también debe incluir hacer conciencia de cómo manejamos desperdicios, ya que todo contaminante mal manejado llega a los suministros de agua dulce”.

Así, el aporte en cuanto al buen uso y cuidado del agua depende de los ámbitos y finalidades de consumo. En los hogares es necesario el ahorro de este recurso, mientras que en las industrias la responsabilidad debe ir más allá, pues en el caso de estos actores, como lo señala Fraga, “el problema radica en los vertidos, muchas veces con niveles de contaminación que no permiten que se recupere” por lo que el efluente –el agua que se descarga luego de su uso- “al mezclarse con cuerpos receptores (ríos, esteros, alcantarillas, pozos, entre otros) afecta negativamente”.

La ley, así como la ética y la responsabilidad social exigen que las fábricas se preocupen no solo del uso adecuado, sino también –en caso de ser necesario- de la recuperación del agua. “La legislación establece límites permisibles de cada contaminante, de acuerdo a sus características, que van de acuerdo al cuerpo receptor del vertido. Si la empresa no cumple con estos, pueden perder la licencia de funcionamiento”, señala la ingeniera ambiental.

Al respecto, Zavala opina que “los sistemas de recolección de aguas servidas y de purificación municipales y regionales deben garantizar que todas esas aguas puedan ser reutilizadas. Esto debe ser manejado por incentivos: que cada residente y empresa que participe en prácticas sustentables y de conservación, preservación y reutilización de agua reciba beneficios de reducción de impuestos, por ejemplo”.


Iniciativas que apuntan al cuidado y uso responsable del agua

En Galápagos, la Fundación Príncipe Carlos (Prince’s Foundation for Building Community) desarrolla varios proyectos cuyo fin es contribuir a la conservación del medio ambiente -con especial atención en el agua- de las islas. Con el aporte de profesionales de diversas áreas y nacionalidades, está generando métodos y estándares de crecimiento urbano y rural que garanticen el cumplimiento de dicho objetivo.

Durante el proceso de diseño de los estándares de planificación y crecimiento urbano en las Galápagos, “descubrimos que era muy posible el tener sistemas de recolección, purificación, distribución y almacenamiento de agua a nivel municipal con métodos sustentables, económicos y fácilmente implementables”, comenta Zavala. Dice, además, que esto es aplicable al resto del país, pues cada región puede beneficiarse de la recolección de agua lluvia, a nivel individual y a nivel municipal.

Para replicar el trabajo que se está haciendo en el archipiélago, se necesita “la integración de todos los elementos que hacen una ciudad funcional: urbanismo, agricultura, arquitectura, agua potable, agua no potable, aguas servidas, energía eléctrica, etc. Todos estos elementos deben de ser diseñados y coordinados en conjunto e integralmente para lograr verdaderos asentamientos sustentables”, concluye el arquitecto y urbanista.

Por su parte, Fraga señala que hay empresas que tienen procesos industriales en los que el efleunte o vertido en lugar de ir a cuerpos receptores es reinyectado al proceso productivo, “de esta manera atacan los dos problemas, no consumen agua, y no descargan agua contaminada”. En las nuevas construcciones también se están implementando métodos de ahorro y cuidado del líquido vital: “hay arquitectos e ingenieros civiles que diseñan sistemas internos en los que se reusa el agua, por ejemplo el efluente de duchas y lavabos se recircula y entra a inodoros o al jardín”.

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Para cuidar del agua en casa
- En el mercado hoy se encuentran inodoros, electrodomésticos, llaves de agua que permiten uso racional o controlado del recurso, prefiera estos artefactos a la hora de construir o remodelar su vivienda.
- El agua contaminada con aceite no es recuperable, por ello es importante que deseche el aceite usado en una botella plástica vacía; una vez llena, bótela bien cerrada en la basura. De esta manera no contamina el agua y reusa una botella.
- Procure no desperdiciar el agua en que lava o cocina los vegetales: en ambos casos se puede usar para regar el jardín y en el segundo como base para preparar diversas sopas.
- Parte importante del cuidado y ahorro de agua es el mantenimiento de griferías y electrodomésticos que la emplean (como lavadoras de ropa y vajilla): su buen estado evita fugas y filtraciones del líquido.


2013/02/08

CaféTéAndo en Quito


Artículo publicado en la edición feb. 2013 de la revista Criterios
Investigación y entrevistas: Ma. Mercedes Ocampo y Paola Carvajal


AROMAS Y SABORES QUE BUSCAN UN LUGAR EN LA CULTURA DE QUITO


Dos de las infusiones más antiguas y populares del mundo están ganando espacio en la cotidianeidad de los quiteños. El té y el café nos cautivan con su historia y su sabor.


Después del agua, el té y el café se disputan la preferencia en el mundo a la hora de escoger bebidas no alcohólicas. En ambos casos, el aroma, el color y la preparación juegan un papel muy importante al enfrentarse con el paladar de los expertos, que en el caso del té son conocidos como sommelieres y baristas cuando se trata de café. Pero más allá de la pasión que despiertan en muchas personas, por toda la cultura que se relaciona con su consumo, hay beneficios que comparten.

Según un estudio realizado a lo largo de 13 años en Holanda y citado en BBC Mundo, quienes toman más de seis tazas al día de té o entre dos y cuatro tazas de café, corren menos riesgo de padecer enfermedades del corazón. Además, ambas bebidas contienen cantidades importantes de antioxidantes, lo que previene el envejecimiento prematuro y accidentes cardiovasculares.

En los últimos años, en Quito el consumo de estas populares bebidas se ha extendido, sobre todo del café; pero para hablar de una cultura en torno a ellas todavía nos hace falta dar algunos pasos, pues apenas estamos empezando a interesarnos en descubrir los mundos de estas infusiones.


La bebida prohibida se abre paso en Quito
David Miño, barista de Fresh & Sweet, Academia de Café, cuenta que a lo largo de la historia se ha satanizado al café: “los cristianos porque decían que era bebida de musulmanes, los musulmanes por que decían que era un intoxicante; pero, a la final, lo que pasó fue que llegó a Italia, el papa la probó y a él le encantó, así dejó de ser ilegal”. Claro que para esto, primero se debió superar las prohibiciones en La Meca (1511) y en El Cairo (1532), basadas en el efecto energizante que producía el consumir la infusión de café.

En nuestro país, el cultivo y consumo se origina en Jipijapa, alrededor de 1860. Durante muchos años fuimos importantes exportadores de este producto, ahora se está intentando retomar el prestigio del café ecuatoriano para aumentar el volumen de exportación. Parte importante de este proceso es generar una cultura cafetera que nos permita apreciar y demandar calidad en lo que consumimos.

El propietario de la tradicional comercializadora quiteña Café Águila de Oro, Vinicio Morales, lleva 40 años en el mundo del café y comenta que la mayoría  de sus clientes son personas naturales, pues asegura que en muchas cafeterías y restaurantes lo que se sirve es café instantáneo. Al respecto, Miño afirma que el café ecuatoriano es de excelente calidad; la deficiencia radica en la falta de cuidado a la hora de prepararlo y servirlo. “El problema es manejar el café como una comida rápida; el buen café espera. Pero si tú te vas a manejar en volumen, queriendo vender y vender, obviamente vas a comenzar a omitir procesos”, dice.

En los últimos años, la cantidad de cafeterías en Quito se ha multiplicado, franquicias extranjeras y nacionales se encuentran en las zonas más concurridas de la ciudad. Diego Becerra, catador de café y socio de Miño, opina que en cierta forma esto es bueno porque ayuda a que la gente se familiarice con la bebida y la consuma frecuentemente, pero cree que es hora  de dar el siguiente paso: ofrecer y demandar buen café.

Al parecer, ese paso ya se está dando, pues cada vez hay más gente que aprecia la bebida y le da un lugar importante en su cotidianeidad. Diego Cifuentes, un apasionado bebedor de café comenta que inicia su jornada con una taza de esta bebida, pero en el transcurso del día consume espressos o capuccinos: “el café es un placer que me lo doy en el momento del antojo”. “El café es un gran compañero para todo momento. Me acompaña todo el día en la oficina, además cuando leo un buen libro, como pretexto para ver amigos y conversar, e incluso para cerrar con broche de oro una buena comida”, dice Martín Salvador, amante del café y el té.

Otra muestra del impulso que está tomando la cultura del café en el país es que hay un gran interés por el arte latte (dibujos que se hacen al poner leche sobre el espresso), la cata y el conocimiento profundo sobre la bebida. En la Academia de Café hay 12 personas capacitándose para ser baristas, lo que significa que cada vez se preparará mejor y más personas podrán “comenzar a tomar mejor café y darse tiempo para hacerlo”, como lo espera Miño.


El té: un mundo por descubrir
Si bien hay leyendas japonesas e hindúes que hablan del origen del té, se sabe que esta bebida empezó a tomarse en China, hace aproximadamente 5000 años. En su paso por Occidente, se arraigó de manera especial en la cultura inglesa y, actualmente, su consumo a nivel mundial está en constante crecimiento.

En Ecuador el consumo del té se centra en sus presentaciones express: bolsitas, bebida embotellada o en polvo. Apenas se está empezando a ofertar té “gourmet” en ciudades como Cuenca y Quito. María Paulina Ordóñez, propietaria de Keebum Tea Boutique, asegura que “para empezar a difundir la verdadera cultura del té es necesario probar, porque se te abre un mundo de sabores”; pero se requiere de algo más: conocimiento. La sommelier ecuatoriana Angie Morales explica que “un buen té es cuestión de temperatura y tiempo, pues si el agua no está en la temperatura correcta o quemas las hojas y lo arruinas porque lo haces demasiado astringente, o si está muy fría el agua no salen todos los sabores.”

En nuestro país aún existe confusión entre té e infusión, por eso Morales aclara: “Las infusiones son menta, manzanilla, matico, etc. El té debe venir de la camellia sinensis, de esa planta sale el té blanco, negro, azul, rojo y amarillo”. Actualmente, la gente opta con mucha frecuencia por los blends: mezclas de té con frutas, flores o especias, lo cual favorece a la introducción de esta cultura, pues se trata de sabores suaves que a la mayoría de personas agradan, comenta Ordoñez.

“En Oriente, en las ceremonias se exalta al té, es un tema muy espiritual, sobre todo en Japón donde es todo un ritual”, dice la sommelier, de ahí quizá que muchas personas disfruten de esta bebida en una suerte de encuentro consigo mismas. “El té es absolutamente privado”, dice Cifuentes y Morales concluye: “la cultura ecuatoriana no es mucho de momentos de soledad y darte el tiempo para prepararte un buen té y estar contigo mismo puede ser una buena experiencia”.

vino y se quedó


 Artículo publicado en la edición nov. 2012 de la revista Nuestro Mundo

Viajes enoturísticos, seminarios, talleres y eventos sociales son algunas de las actividades que realizan los amantes del vino ecuatorianos para conocer más sobre esta bebida que forma parte de la cotidianidad de muchas culturas.


LA PASIÓN SABE A VINO EN LA MITAD DEL MUNDO

Una copa vino es el resumen largos periodos que incluyen el cultivo de la uva, la preparación del mosto, la fermentación, el embotellado y la comercialización. Pero más allá del tiempo que le toma a esta bebida llegar a nuestra mesa, su  presencia en el mundo es casi tan antigua como la del hombre. Hay vestigios que evidencian que hace miles de años (5000 a. C.) ya se tomaba vino; referencias sobre la preferencia por el jugo fermentado de la uva y el interés por el cultivo de la vid se hallan en obras que datan de hace muchísimos años, como el Poema de Gilgamesh y la Biblia; de ahí que Jorge Luis Borges, en uno de sus versos, pide: “Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia”.

Actualmente, el consumo de este licor es generalizado en países como Italia, España, Argentina y Chile, naciones que además se destacan por la producción de vinos de excelente calidad. En Ecuador la pasión por esta bebida ha aumentado notablemente, lo que se constata en el aumento de su consumo, así como en el interés por conocer más sobre todo lo referente a ella. Una prueba de esto son las 1065 personas asociadas a La Cofradía del Vino, una suerte de club que reúne a los amantes del vino y su cultura.

“Mientras más se sabe de vinos, el vino sabe mejor”, asegura Patricia Donoso de Pozo, directora ejecutiva de La Cofradía, es por eso que varias personas están accediendo a la certificación que esta corporación sin fines de lucro -en conjunto con la Universidad San Francisco de Quito- otorga a quienes quieran convertirse en sommelieres (expertos en vinos: cepas, marcas, maridaje, etc.). La enología (especialización que permite contar con las herramientas técnicas para la producción del vino), sin embargo, todavía no se imparte las universidades locales, “dado que la producción (vinícola) en nuestro país es relativamente nueva, hay que tomar esta especialización en el exterior, principalmente Chile y Argentina”, señala Rodrigo Díaz, representante comercial de la importadora de vinos Arkrem.

María Augusta Astudillo, gerente comercial de Arkrem, comenta que “la variedad preferida por los ecuatorianos, según la experiencia con nuestros clientes, cambia según la región: en Guayaquil se consume mucho Merlot y en Quito reina el Malbec”; Patricia Donoso añade que hay un creciente interés por los blancos, rosados y espumantes. En cuanto al origen de los vinos que más se consumen en Ecuador, Astudillo dice: “hay mucha presencia tanto de Chile como Argentina (dada la cercanía de la región y temas arancelarios)”, asunto en el que coincide con Donoso.


Hecho en Ecuador

El interés por la viticultura en nuestro país ha dado ya un salto de la teoría, como mera cultura general, a la práctica; los resultados han sido muy buenos. Tanto en Yaruquí –Sierra- como en El Morro –Costa- se están produciendo vinos de alta calidad; de hecho, algunos han sido premiados y ya están siendo reconocidos a nivel internacional. Los vinos nacionales que actualmente se producen a partir de cepas blancas son el Chardonnay y el Palomino; de cepas tintas: Malbec, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Merlot.

Pero la inclusión de esta bebida en la cultura ecuatoriana no se limita a la producción o consumo eventual de la misma; el vino es un excelente acompañante para la comida típica de nuestro país. Augusta Astudillo recomienda un un Sauvignon Blanc joven y fresco para acompañar un ceviche; para la tradicional fritada, un tinto de medio cuerpo, como el Merlot. Patricia Donoso sugiere el maridaje entre la fanesca, los tamales y las humitas con un Torrontés; asimismo, asegura que el seco de chivo va bien con un Carmenere o un Malbec y el hornado con Merlot.

Los precios de los vinos más consumidos en Ecuador, tanto nacionales como importados, varían entre siete y algo más de 100 dólares. A los cultores de la pasión que genera esta bebida, no les importa tanto el costo como la satisfacción de beber un buen vino, más si es en grata compañía, es por eso que alrededor de 3000 se reúnen cada dos años en la Gala del Vino, encuentro que se realiza por iniciativa de La Cofradía, así como en la Velada del Vino, evento del que dicha corporación desarrolla tres versiones: una en Guayaquil, otra en Cuenca y otra en Machala.


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Para disfrutar del placer del vino

A la hora de seleccionar una botella de vino, hay que tomar en cuenta algunos aspectos. Astudillo explica que lo más importante es considerar la ocasión para la que vamos a adquirir la bebida y nuestro gusto, así como el quienes nos vayan a acompañar. De acuerdo a eso podremos escoger si este será  tinto o blanco, joven o de guarda. Además debe tomarse en cuenta el tipo de comida con la que se realizará el maridaje: “vinos frescos, ligeros y afrutados con platos de iguales características, platos livianos y bajos en grasa; carnes y preparaciones más contundentes con vinos más potentes”, aconseja Donoso.

Para ampliar nuestros conocimientos sobre el mundo del vino, es necesario degustar  diferentes tipos y encontrar cuáles son los que nos brindan más placer e irlos identificando y clasificando. Como lo hemos mencionado, actualmente existen organizaciones especializadas en Ecuador, dedicadas a cultivar la pasión por el vino, mediante diversas actividades de carácter técnico, cultural y social.