2018/08/10

Sobre la despenalización del aborto

ADVERTENCIA: el siguiente es un collage de conversaciones escritas/orales que he leído/escuchado en estos días a propósito de la lucha por la despenalización del aborto en América Latina, así que es un ejercicio creativo no tan creativo pues reproduce casi con exactitud la realidad. Si decide leerlo, que sea bajo su propia responsabilidad y riesgo. 
–Es que eso del aborto es un negocio, porque venden los órganos de los bebés no natos…
–La despenalización plantea un periodo de hasta 14 semanas de gestación: ¿qué órganos se extraen de seres en formación?
–Mira este blog de mamisonline.com, aquí dice que a las 14 semanas ya tienen cejas, además no es que usan los órganos, en realidad compran los fetos para hacer experimentos. Por otro lado, las mujeres tienen opción de decidir: si s
e
embarazaron ya decidieron.
–No es así siempre, algunas mujeres deciden, a otras no se les da la opción: hay niñas violadas por sus padres u otros tipos de su entorno, hay mujeres violadas por su pareja o por un desconocido, hay mujeres que usan métodos anticonceptivos (en muchos casos solo “se cuidan” ellas porque sus parejas se niegan) y estos fallan, hay mujeres obligadas a parir casi anualmente porque sus maridos demuestran así su poder “viril”, hay mujeres que (por más siglo 21 que sea) no tienen la información completa y clara de lo que implica una relación sexual sana y las formas de prevenir embarazos, hay mujeres a las que nadie les dijo que no nacieron para parir y servir a un marido por los siglos de los siglos si es que no quieren hacerlo, hay mujeres que amarían ser madres pero que solo podrían llevar a término un embarazo a costa de su vida…
-Sí, pero los que tú mencionas son casos extremos, además el aborto es una decisión egoísta, todas las que quieren abortar solo piensan en ellas y será peor si pueden abortar libremente.
–¿Egoísta? ¿Las que “quieren” abortar? No creo que las mujeres tengamos entre nuestros sueños o planes de vida un aborto; no estoy segura de que alguien vaya feliz por la vida y abortando cada tanto, para ser más feliz aún; no me parece que la decisión de abortar se tome como si se tratase de escoger un sabor de helado… claro que yo no he estado en esa situación, pero la he visto y sentido muy de cerca, con gente a la que amo; de hecho, creo que yo no abortaría, pero no juzgo a quienes lo hicieron, a quienes lo están haciendo en este momento ni a quienes lo harán, porque cada mujer que aborta (así como cada una de las que deciden no hacerlo) tiene su historia y sus motivos, eso lo entiendo y lo respeto.
–Bueno, o sea… yo tampoco les juzgo, pero deberían cerrar las piernas, cuidarse para que no las violen, o tener los hijos para darlos en adopción porque hay tantas mujeres que quisieran embarazarse y no pueden…
–Menos mal no juzgas… con las piernas cerradas o abiertas, con información o sin ella, usando métodos anticonceptivos o no, en relaciones consentidas o forzadas, a los 10/12/15/19/24/33/41/50 las mujeres se siguen embarazando y algunas no pueden (emocional, física y/o económicamente) continuar con el embarazo, otras no quieren y a otras alguien más no les permite hacerlo (para “borrar” evidencias de abusos o de “culpas”): esas mujeres van a abortar igual, aunque nos tapemos los ojos para fingir que no pasa, pero si se las criminaliza van a acudir a sitios clandestinos, a “soluciones” googleadas, a medidas desesperadas que incluyen el suicidio o –en los “mejores” casos– introducirse cosas en la vagina (como ganchos para colgar ropa, medicamentos, aparatos succionadores) y provocarse ‘accidentes’ o hacer esfuerzos físicos sobrehumanos para ver si logran producirse un aborto “natural”.
–Bueno, pero igual, que vayan a seguir abortando no justifica que legalicen ese pecado, porque aunque el Estado sea laico, este país es religioso y hay que respetar eso. Además, hasta los animales del campo cuidan a sus crías.
–Claro, los animalitos cuidan a sus crías y a las que nacen con malformaciones se las comen o las abandonan para que mueran de frío y hambre… Pero por ahí no va la cosa, y ya veo que nunca coincidiremos, así que mientras los políticos aprueban la despenalización del aborto, espero que se den clases de educación sexual en todas las escuelas y colegios para que…
–¡Eso sí que no! ¡hashtag ConMisHijosNoTeMetas! Eso es adoctrinamiento, un plan malvado de los GLBTTI y las feministas para controlar el universo.

2018/07/29

#NosFaltan3 (y muchos más, lo sé)

Cuando todo empezó, las vigilias eran una suerte de oración por sus vidas: “¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!” y “¡Nadie se cansa, hay esperanza!”, gritábamos. Luego, con el dolor atravesado en cada palabra (dolor que de tan grande se apoderó también de quienes no fuimos sus amigos o parte de sus familias), repetimos incontables veces que #NadieSeCansa, exigimos que se devuelvan los cuerpos de Paúl, Javier y Segarrita, que se respete la vida de Óscar y Katty, que honren la memoria de los militares que murieron en una guerra de otros… “¡Dignidad y justicia!”, "¡Libertad y justicia!” fueron los gritos de esos días. 
Entre una y otra vigilia, en medio de la angustia y la impotencia, notas de prensa aparecían y con ellos los comentarios más viles que recuerdo haber leído *empecé a escribir ejemplos de esto, pero opté por no reproducirlos, porque no valen el esfuerzo, la ira ni la pena*, y desde sus oficinas los ministros parecían no estar enterados o no estar interesados: su aporte (?) consistió en declaraciones absurdas entre tartamudeos e ideas poco claras, ruedas de prensa para decir lo que ya todos sabíamos (porque sin nada de tino y sensibilidad la prensa colombiana lanzaba tuits como bombas para el alma de las familias), reuniones con representantes de los secuestrados para prometer paja… y en el gran acto (así, como los que preparan quienes producen espectáculos circenses) de la “desclasificación” y entrega de “información reservada”. 
En Colombia hallaron los cuerpos de quienes fueron parte del equipo de El Comercio: Efraín Segarra, Paúl Rivas y Javier Ortega, los devolvieron; luego pasó lo mismo con los restos de Katty Velasco y Óscar Villacís, la pareja de Santo Domingo (de quienes se supo que estaban secuestrados y nada más hasta que encontraron sus cadáveres, si hubo información adicional nunca se la transmitirmeron a sus familiares). Los exministros no fueron cuestionados, al contrario, recibieron una medalla (Navas) y altos cargos fuera del país (Zambrano y Espinosa), quienes los remplazaron (salvo por el canciller) no se han mostrado más interesados y tampoco más humanos… Como acá no hay esperanza –y peor aún confianza– de que se haga pública toda la verdad respecto a lo que pasó y sigue pasando en la frontera norte, las familias acudieron a la CIDH: sus enviados fueron testigos de la burla (aquella del acto circense) con la que el gobierno ecuatoriano quiso mostrar “transparencia” a los seres queridos de las víctimas. 
¿Y ahora qué sigue? Pues lo que necesiten don Galito, sus hijos y su esposa, la señora Lupita, Carito y sus tíos, Cristhian y su hermano, la familia de Katty y la de Óscar. No es momento de bajar los brazos, de callar y fingir que nada pasó o que es normal que secuestren y asesinen a la gente querida (nuestra, de alguien más, eso no importa), no es momento de seguirles el juego a los políticos que están en el poder o que quieren alcanzarlo aprovechándose de las desgracias de personas buenas. Es el momento de mantener encendidas la empatía y la memoria colectiva (como las velitas que llevamos a cada vigilia) y de escribir, de contar, de gritar que no queremos que esto se repita, por eso exigimos #VerdadYJusticia.