2013/11/25

(no se me ocurre un título)



y qué si pinto una mentira de colores
y qué si es verde mi azulnostalgia 

escribí y taché en el aire, porque el papel ya no aguanta nada

no pierdo porque mi juego es otro
me salgo de las líneas porque me da la gana

elsinsentido lo abarca todo
callanycallantodaslaspalabras



2013/11/24

cortitos (IV)



DE COLORES VARIOS

Dicen que los sueños nos esperan colgados en las nubes que guardamos bajo la cama.
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el infinito se resume en una hoja en blanco.
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desnuda de dudas juega entre las estrellas mi alma (que nadie la cubra, que la dejen en paz)
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escribir para espantar fantasmas, escribir para limpiar el alma, escribir para abrir puertas y caminos, escribir para respirar. 
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la piel se renueva a diario, por eso siempre será un territorio a ser explorado.
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vuelo cósmico (entre el frío y la neblina me abro paso hasta tu ombligo) *loopingtheloop*
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por ahora no creo necesario aterrizar, los seres pedestres compran máscaras y discursos, todos en el mismo lugar.
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esta noche dormiré entre los brazos de esa sombra en la que te has convertido. mañana me iré, otra vez, sin que te des cuenta.
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sé beber(te) muy despacio y me embriago cuando la sangre se vuelve vino en los labios que muerdo.
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ganas de pintar con los dedos, ganas de hallar(te) mi lienzo.
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y, sin embargo, me pierdo cada vez que te hallo...
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mundo destartalado, mundo de muchos pupos y pocos cerebros, mundo sin ton ni son... ¡mundo que da vueltas tan campante mientras yo me mareo!
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dibujos en la piel que solo tu sombra puede ver...
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cada palabra que borro es tu nombre
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así, de puntillas, se va y viene la vida...
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me recuerdo perdida en tus ojos... creo que es ahí en donde debo hallarme.
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y así, como si nada, vino la risa a espantar las nubes de mi cara. no me interesa leer el parte meteorológico de mañana.
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Ven, vamos a escribirnos en la piel todas las preguntas y a borrarnos de la mente todas las respuestas.



cortitos (III)



DE SILENCIO

esta noche no hay gotas que cuenten historias ni viento que grite algún nombre. esta noche el silencio dibuja en mi piel todas las letras.
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tu silencio es mío... vos llenas mi silencio.
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mi piel grita el nombre que le he prohibido pronunciar a mi lengua (este silencio sonoro es la prueba más clara de que la luna siempre es nueva)
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en esta ciudad de ceniza también llueven silencios...
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esta noche grito para que no me escuches.



cortitos (II)



DE PERSONAJES DE CUENTO

y el Minotauro, asustado, sabe que se perderá fuera del laberinto.
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Vuele a la dimensión que vuele, siempre aparece el conejo (y yo que pensaba que se había quedado al otro lado del espejo)
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Que soy un hada de fuego dices... Eso me gusta *parece que nacerá un cuento*
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y entonces entendí que era cierto: todo un mundo se descubre si sigues al conejo.
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él es un duende con alma de espuma, un jaguar con voz de viento, un personaje de cuento que en el medio del ombligo lleva un beso de la luna
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Por más negra que sea, una oveja siempre será una oveja.



2013/11/22

caminar con placer...



caminar por calles vacías mientras el viento juega con mi falda y enfría mis labios con sus besos.

caminar entre las piedras del río que con su canto me invita a recostarme sobre él para oler mi cabello.

caminar despacio por el sendero nuevo que me seduce y me invita a recorrerlo.


caminar con los ojos cerrados, con los pies quietos... caminarme y caminarte luego.




2013/11/21

25 de noviembre (II)


He viajado en bus y en taxi: he sido agredida como pasajera, como mujer.
He caminado por las calles de Quito: he sido agredida como peatona, como mujer.
He sido incluida en generalizaciones y etiquetas absurdas ("todas", "hippies", "progres", entre otras): he sido agredida como individuo, como mujer.

Hace un año me enfrenté por primera vez con la violencia directa, enfocada no a "una" pasajera, a "la" peatona, a "todas" las que no son como las pequeñas mentes creen que es aceptable. Hace un año fui violentada como la mujer múltiple que soy. 

"Esa hija de puta", "la perra esa", "está loca", "ya le mandé a la verga", decía el caballero andante -entre otras palabras que al final lo definen a él, no a mí- en un mail que nunca imaginó que yo leería, pues me lo reenvió (por solidaridad de género) la persona a quien estaba dirigido, alguien que nada tiene que ver conmigo. Cada línea fue una bofetada. La "maravillosa mujer" a la que él había estado conquistando desde hace algunos meses, esa mujer a la que abría la puerta del auto y a la que besaba con ternura infinita se volvió su enemiga en el instante en que publicó un texto, lo leyó la pareja (novia, amante, ex, conquista, o algo así) de esta versión tardía de Dr. Jekyll y su máscara cayó... No, yo no sabía que tenía pareja (en algún momento supe que flirteaba con alguien y me alejé, pero si el caballero de brillante armadura y con exquisito gusto musical había vuelto a "rondarme" seguro era porque no tenía una relación. ¿Ingenua? tal vez, o tal vez no quería ver más allá, es que mis grandes errores fueron asumirlo honesto y estar absolutamente seducida, casi enamorada).

No, no fui golpeada. No me gritaron. No minaron mi autoestima sistemáticamente. Fui insultada de una forma patética, con la cobardía que suele caracterizar a los "pasivos agresivos". Y me derrumbé: nunca había sido tratada así, nunca había visto transformarse a un personaje casi perfecto en un ser horrible desde el alma... Quienes me acompañaron en ese momento lo saben: tuve miedo de salir a la calle y encontrarlo, tuve miedo de ese desconocido que sabía tanto de mí... Quizá para el mundo sea difícil entender: se considera que la violencia es la que se ejerce con las manos o con gritos; no recibí un manotazo ni me insultaron mirándome a los ojos y en voz alta, pero yo fui violentada. Lo que yo sentí en ese momento fue mucho más allá de la decepción, estaba profundamente triste y muy asustada: si el hombre amable, delicado y romántico de pronto explotó y se refirió a mí con tanta ira, ¿qué impediría que, ya sin máscara, expresase su enojo con otras formas de agresión? 

Pasó un año, la depresión y el miedo duraron tres días, se curaron con los abrazos de mis amigos, con esas palabras que me permitieron abrir los ojos y recuperar mi fortaleza. No he sabido nada más del personaje. No lo odio. Escribo esto porque ese episodio de mi vida fue una lección, fue un punto de partida y la posibilidad de entender que la violencia contra la mujer no se limita a un plano y todas estamos expuestas a ella: puede venir de quien menos lo imaginamos y su alcance depende de nosotras. Callarnos no es una opción sana: hay que alejar al agresor y liberarnos de las sombras que nos deja en el alma.