2022/06/17

¿No van a parar hasta que corra sangre?

Se me revolvió el estómago luego de escuchar por un rato las loas de los "compañeros dirigentes" al nuevo admirado del Machi, aka Leonidas Iza. Alguno de ellos (perdón, no me aprendí sus nombres, y tan mal "pueblo" soy que no lo conocía o no lo recuerdo), luego de advertir que ya se vienen sus refuerzos para Quito, utilizó la infallable "lucha" de clases (en la guerra todo se vale, divide y vencerás, etc.). Que quienes no apoyamos la no-pacífica movilización es porque nada nos afecta económicamente… ¿Alguien (de entre sus fans, claro) se detiene a pensar antes de aplaudir discursos como ese? Qué carajos saben Iza y Cía. de la situación económica de quienes ya no les creemos nada hace rato y no por eso menospreciamos a la gente valiosa que hay a montones entre las diversas nacionalidades indígenas. De cuándo a acá hartarnos de la politiquería oficial y opositora nos vuelve menos "pueblo" que esos que cuando les preguntan si tienen sueldos como dirigentes dicen que no, pero cuando les preguntan de qué viven no saben qué responder (y vaya que viven bien). Cómo es que estar en contra de la violencia de unos y otros le da derecho a alguien a creerse moralmente "superior" porque ser pueblo ahora ha sido aplaudir los robos, el desperdicio de leche (que a tantos niños de las mismas comunidades les habría hecho mucho bien), la extorsión a quienes deben sacar por carretera sus productos, el intento de meter lanzagranadas y granadas como quien no quiere la cosa, el reventar llantas de camionetas que son herramientas de trabajo, el aterrorizar a empleados o dueños de negocios (grandes o pequeños) por "atreverse" a trabajar.


Mal estamos, todos, pero son males (pestes) esos que aceptan donaciones (?) de miles de dólares de quienes los pisotearon y quieren convencer a todos de que decirles sí a todo es la única forma de sacar este país adelante. Sí, ya se encargaron de dejar claro que esos a los que llaman "compañeros" –para fingir una horizontalidad que no es tal– son su carne de cañón, que si se necesita que alguien se sacrifique, ahí están: de camino a El Arbolito; también dejaron clarísimo en octubre 2019 que entre ellos, los "compañeros", se esconden otros no tan esperanzados en una mejor calidad de vida pero sí en cobrar parte de esas donaciones y, una vez el caos que generen haga lo suyo, tal vez mucho más. Claro que insisten en colgarse la careta cuando se dirigen a las masas, pero ya les vimos la cara y quizá muchos prefieran fingir demencia, pero ya no nos engañan a quienes no somos esclavos de ideologías caducas ni idolatramos a nefastos.

Qué triste ver lo fácil que nos tragamos esas píldoras llamadas consignas, discursos, himnos, frases hechas, fórmulas que ya ni de utopía sirven porque están podridas en su esencia. Qué desconcertante ver que todavía la gente que sigue hablando de izquierdas y derechas como maravillas o desastres (según el bando, claro) hace muy poco (nada) en lo práctico para darle coherencia al discurso que como eco se repite una y otra vez entre sus pares. Hay un montón de gente que conozco que defiende a capa y espada (casi literalmente) su ideología política, pero sigue viviendo en la comodidad de la orilla opuesta: sueldos muy por encima del salario básico, casas (propias, generalmente) en lugares de alta plusvalía, autos, colegios y universidades privadas (para sí mismos y, luego, para sus hijes), atención médica en clínicas o con especialistas en sus consultorios privados… y "conservadores" que aplican a rajatabla sus decálogos pero solo cuando se trata de los otros, no así la solidaridad porque a lo máximo que llegan es a la caridad publicitada…

Cómo vamos a salir de este hueco negro que nos está tragando si lo nutrimos con la incoherencia diaria, con la violencia que ejecutamos y la que justificamos cuando es conveniente a "la causa". Por qué creemos que esos mequetrefes que –para desgracia de todos– tienen poder (político, gremial o de cualquier tipo) nos van a "salvar" cuando ya nos han restregado en la cara, y hasta el cansancio, que solo les importa su ombligo y su bolsillo. Sé que hay mucha gente que "peca" de inocente, que realmente se aferra a cualquier cosa que le suena a esperanza, pero no entiendo cómo se embarra voluntariamente en el pestilente fango de los oportunistas tanta gente que se supone está informada (y diferencia lo que es información de manipulación o adoctrinamiento) y que tiene las herramientas para ejercer el pensamiento crítico. ¿Por qué quienes dicen querer "apoyar al pueblo" no lo hacen pero sí se regodean con la división, con la agresión, con la perversidad?

Seguramente la que no entiende nada soy yo, la que está mal soy yo y están igual de mal quienes están pensando, sintiendo y diciendo lo mismo. Seguramente soy "el enemigo" del un bando y del otro, pero si los unos se creen que con destrozar todo van a mejorar las condiciones de vida de alguien y otros creen que con fingir demencia y luego aplicar la fuerza bruta van a lograr un "mejor país", yo me creo que escribiendo voy a conseguir, por lo menos, desahogarme. 

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