2022/05/14

Me justifico, sí: por qué no me gustó Pelea de gallos

"Todo es cuestión de tiempo", dicen los que saben y yo solo le añadiría el plural. La lectura también es cuestión de tiempos y de destiempos: un libro puede llegar en el momento justo o en el peor de los momentos; se puede disfrutar lentamente o de un solo tirón. Dicho esto, me cuestiono: ¿será que leí Pelea de gallos en un tiempo inapropiado? No tengo una respuesta, sí puedo asegurar que hacerlo en un momento de bajón emocional (el día de la madre, el cumpleaños de mi ma) no sumó.

Esta obra es el primer libro de cuentos de María Fernanda Ampuero y la causa de aplausos, premios, entrevistas y menciones en varios medios nacionales e internacionales; el ejemplar mío es la primera reimpresión mexicana, no sé cuántas se habrán hecho ya en España y cuántas más estén por hacerse (acá, en Ecuador, el libro se agotaba muy rápido, así que se lo encargué a mi hermana cuando estuvo en CDMX), o sea, es un éxito literario y comercial, peeero… a mí no me gustó *inserte emoji de carita con dientes apretados en un intento de sonrisa*.

Debo decir que antes había leído Sacrificios humanos, de la misma autora, y lo amé (quizá esto suene raro, porque es un libro con historias durísimas, de las que cortan el aliento y obligan a abrir exageradamente los ojos y llevarse una mano a la boca, como para contener un grito, pero es todo eso lo que justamente lo convirtió en una de mis lecturas pospandemia favoritas). Disfrutar tanto de un libro hace que, inevitablemente, me quede con ganas de leer más obras de la misma pluma, por eso llevaba mucho tiempo buscando un ejemplar de Pelea de gallos hasta que al fin lo conseguí (a casi la mitad de lo que cuesta aquí: dato intrascendente para mi apreciación de la obra, pero no para mi bolsillo) y creo que la expectativa tampoco sumó.

El primer cuento, "Subasta", no me pareció malo, me causó repulsión (por lo escatológico, no por su calidad literaria, valga la aclaración) y ganas de que lo siguiente me enganchase más. "Monstruos", "Griselda", "Nam", "Crías", "Persianas" y "Cristo" tienen elementos perturbadores (algún personaje o todos, un quiebre de la historia, una sugerencia, el tema general, el ambiente) que sin duda generan algo, mayoritariamente grima, pero –a mi juicio– no llegan a merecer el calificativo de brutales (cosa que sí pasa con cada narración de Sacrificios humanos, y sí, no debería comparar, pero no puedo evitarlo). "Pasión" me gustó, también "Luto", salvo por el final, y esto me hizo pensar que yo le habría sugerido a la autora trabajar más cuentos en la misma línea, para tener un volumen completo solo con historias deconstruidas y reconstruidas a partir de los relatos bíblicos.

Hay cuatro cuentos más: "Ali", "Coro", "Cloro" y "Otra", los leí más rápido que el resto (un cuento por día, no todos los días, es lo que me provocaba el texto) pero no porque me hubiesen atraído más, sino porque ya quería terminar el libro para empezar otro. Tal vez las historias son mejores de lo que yo he podido captar, tal vez mi gusto venía "deformado" por leer antes una novela que, evidentemente, ahonda más en detalles trascendentes antes de llegar a eso que paraliza y obliga, luego, a exclamar: ¡qué buen libro, carajo!, tal vez… Pero lo cierto es que me quedó un sabor a redundancia temática, a justificaciones forzadas (o no desarrolladas, cuando era necesario hacerlo, según mi criterio), a elementos que se quedan colgados, a historias que quizá pudieron ser más trabajadas.

Sé lo que cuesta escribir un párrafo propio (y que cuesta mucho más considerarlo "listo" para compartirlo con algún o muchos lectores) y que resulta bastante más sencillo redactar (en el sentido referido por Morábito, en El idioma materno) sobre la obra ajena, además sé que Ecuador no es un país muy amigable con las artes en general, mucho menos con la Literatura, pero también sé que hay editores con mucha más experiencia que yo y lectores con puntos de vista distintos: no viene mal una voz que discrepe del trabajo hecho con este libro y de las buenas críticas, así que por eso me animé a contar que una obra de autora ecuatoriana, un libro galardonado, un texto muy bien vendido no me gustó.

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