2022/04/14

Asuntos del idioma: asuntos varios

A El idioma materno, de Fabio Morábito, no lo escogí: apareció en una cuenta de Instagram (@piladelibros), me detuve a leer algunos fragmentos que constaban en el posteo, me fijé en los subrayados y decidí que lo quería. Por supuesto, aquí no lo encontré: se lo encargué a mi hermana cuando anduvo de viaje. Hace un par de días terminé de leerlo y sigo dándole vueltas a una idea que este libro ha afianzado: hay que leer sobre leer para escribir sobre escribir, y para escribir sobre lo que sea, hay que leer mucho y leer de verdad, porque no hay letras más huecas (en el sentido literario, al menos) que las que pretenden nacer de la nada.

Morábito, autor al que hasta hace unas semanas desconocía, tiene muy claros algunos temas relacionados con la lengua: es lector, poeta, cuentista, novelista, ensayista, traductor y un ítalo parlante que ha vivido la mayor parte de su vida en México y, por tanto, ha escrito siempre en español; de su relación estrecha y multidimensional con las letras es que nace este conjunto de reflexiones y anécdotas relacionadas con el universo de las palabras. 178 páginas después, queda claro que el idioma materno no es necesariamente el italiano, en su caso, o el español o el chino mandarín; aquella lengua que compartimos todos los mortales (esto es, no-escritores y escritores) es la materna, lo que diferencia a escritores del resto (redactores incluidos) es la capacidad de "traicionar" a ese idioma para adoptar uno distinto: el literario.

Y si para referirse al escritor se requieren varios pasajes, mención aparte merece el lector-subrayador; de hecho, le dedica tres apartados y en uno de ellos comenta acertadamente que "el subrayador se vuelve un segundo autor del libro": podrían crearse algunas obras nuevas usando únicamente las partes resaltadas de cada texto. Pero lo más importante, a mi juicio, es la vinculación que hace entre la lectura, los subrayados y la introspección que se genera al reencontrarse con un libro y las frases marcadas tiempo atrás, "pues no hay como leer los propios subrayados para conocerse", es que "decimos más profundamente lo que sentimos cuando lo decimos con palabras de otros".

No recomiendo libros (mentira literaria), pero le sugiero que consiga este a quien tenga ganas de leer algo fresco, entretenido, también a quien se interese en la escritura tanto para sumergirse en ella como quien viaja en un submarino y –sobre todo– a quien tenga claro que un libro es "el animal muerto por antonomasia, hacia el cual nos inclinamos para olvidarnos de nosotros, tal como las brujas y los vampiros, exánimes por naturaleza, chupan a sus víctimas para olvidar que están muertos". 

No hay comentarios:

Publicar un comentario