2012/12/23

números, cuentas y razones


Hay días en los que sumo y resto hasta hallar que la respuesta es lo de menos: lo demás. Lo esencial (sí, aquello de lo que hablaba el zorro con el Principito) no se cuenta con números, ni siquiera con letras. Sensaciones, emociones, instantes, recuerdos, planes, sonrisas, lágrimas, besos, miradas, abrazos y la nada no se cuantifican ni se traducen, porque si se lo hace pierden su sentido y nos perdemos con él.

Los números son signos muy útiles, sin duda, pero se vuelven maravillosos cuando nos permiten ver más allá de ellos... Contamos el paso del tiempo, las monedas que tenemos en el bolsillo o la cuenta de banco y las personas que pueden estar dentro de determinado círculo. Es vital, creo yo, darle más peso a la vida que al tiempo, al valor que al precio, a la humanidad que a las etiquetas con las que clasificamos a la gente. 

Si la razón de ser de algo/alguien se limita a ver en todo una cifra, no tiene razón de ser.

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